Puntuación: ⭐⭐
Sipnosis
Andrei, un joven de 16 años incómodo, está enamorado de su seductora pero distante compañera de escuela, Ramona, hasta que conoce a la impresionante recepcionista del hotel, Anemona, mientras está de vacaciones.
Valoración de la trama
Adaptado de la exitosa novela ‘Suck it, Ramona! ‘, La comedia sexual de Cristina Jacob, describe una narrativa en forma de critica al género explícitamente es una película cargada de sensualidad. El problema radica en tres escritores acreditados para la adaptación de la escritura de pantalla dando como resultado algunas diferencias creativas en el guión.
Alerta de Spoiler
El boceto de los personajes es descuidado, y frugal.
La trama nos lleva a conocer a la chica más sexy de la escuela, Ramona, la cuál se enamora repentinamente de un nerd de aspecto promedio, Andrei.
Consciente de la idea romántica de Andrei, ella juega para desflorarlo más tarde. Andrei niega los avances sexuales porque está interesado en una “relación seria” y no solo quiere que las cosan se den y terminar la relación.
La historia también nos lleva a unas vacaciones de verano con su madre donde se enamora de una joven y bella recepcionista, Anemona (interpretada por Holly Horne).
Las actuaciones son carentes de valor. (Sin embargo la belleza distintiva de cada una de las mujeres que tienen un rol protagónico marcan una notable diferencia) para lograr mantener a la expectativa a una audiencia.
Fallas
El problema es que no se siente convincente: Andrei carece de la seriedad y el encanto de un nerd que busca el amor verdadero.
Aggy K. Adams interpreta un personaje vibrante de Ramona, (nadie puede tener duda de ello), pero la narrativa no la ayuda con la actuación.
¡Oh, Ramona! Es una cinta de comedia sexual sin pena ni gloria, que está escrita para entretenernos de manera efímera. Razón por la cual el film también carece de un grupo de personajes que inspiren para mantenernos interesados. Quizás: Su momento más brillante es el brillo técnico en algunas escenas, especialmente cuando se juega de manera subliminal con la comida, para mostrarnos en contexto una experiencia sexual.
Esta pasable. Se puede ver.