La semana pasada, poco después del anuncio de los nuevos iPhone 15 por parte de Apple, se generó una alarma en Francia y en toda Europa debido a que los iPhone 12 estaban emitiendo ondas no ionizantes a niveles que excedían los límites legales establecidos por la Unión Europea.
Las autoridades francesas y posteriormente la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) solicitaron la retirada de estos dispositivos hasta que se revisaran los resultados y se determinara que no representaban ningún riesgo. Ante esta situación, Apple anunció una actualización específica para los iPhone 12 en Francia con el propósito de reducir sus emisiones. No obstante, la OCU considera que esta medida no es suficiente y que el nuevo software debería implementarse en todos los países miembros de la UE.
Es relevante mencionar que los estándares de emisión de radiación de la Unión Europea son más estrictos que los niveles considerados perjudiciales para la salud. En las extremidades, los límites reglamentarios son de 4 W/kg y, en el tronco o la cabeza, de 2 W/kg. Las pruebas realizadas por la Agencia Nacional de Frecuencias revelaron que las ondas no ionizantes solo excedían los límites europeos en las extremidades.
Además, es importante señalar que las mediciones se llevaron a cabo en condiciones adversas, con el dispositivo emitiendo a su máxima potencia, en una red con una conexión deficiente y con la posición de la antena del dispositivo afectando directamente al cuerpo humano.
Sin embargo, la OCU solicitó la retirada temporal del iPhone 12 del mercado hasta que se resolviera el problema, argumentando que las emisiones de ondas no ionizantes contravenían la normativa vigente. La solución propuesta por Apple se limitó a Francia, pero la OCU exige que se aplique en España y en el resto de los países de la Unión Europea.
Recomendaciones
Mientras se resuelve este asunto, la OCU ha recomendado a los consumidores que deseen reducir la exposición a las radiaciones que utilicen auriculares al realizar llamadas telefónicas, que eviten hablar en áreas con una señal deficiente y que supervisen el tiempo que los niños pasan utilizando estos dispositivos, ya que son más susceptibles a las radiaciones.
Es importante señalar que actualmente no existen investigaciones que indiquen que las ondas no ionizantes emitidas por los teléfonos inteligentes en general representen una preocupación a corto plazo, y solo se han realizado estudios que sugieren que podrían (aunque no de manera definitiva) tener posibles consecuencias a largo plazo.