Hay quienes aceptan la tendencia de probar un app de citas online y, aunque no les guste mucho, suelen darle una oportunidad creando muchas conversaciones, con las cuales de cierta manera, y en algún punto no llegas a profundizar casi con nadie, y en consecuencia la esperanza de consolidar algo relativamente serio desaparece antes de tener una conversación real.
Circunstancial, en realidad.
Cómo todo en la vida, no debemos dejarnos llevar por las primeras impresiones, debería haber un tiempo prudencial para conocer mejor a quién de una u otra forma nos resulta atractiva/o.
Este tipo de aplicaciones tiene todavía un peso social que se relaciona más con el sexo que con el amor en sí.
Por consiguiente en realidad, estas historias inhóspitas de encontrar ¿el amor? es algo circunstancial, ya qué “el amor” se encuentra después de haber alcanzado otros esquemas de vida. Dejarse llevar por las fotos es una tremenda equivocación.
Siempre he usado Tinder, desde que nació en el 2012. He podido conocer amistades profesionales, parejas, pero también algunas chicas que no tienen muy claro lo que quieren. ¡Hay de todo! Incluso si vas pendiente de “otra” cosa quizás lo encuentres.
Hace unos días pensé qué había encontrado a esa persona ideal. Pero, no.
Creo qué me dejé llevar por la ilusión del momento. Ahora bien, qué me haya ido mal a mí, no significa qué a ti te vaya a ir mal, yo creo que todo llega en el momento justo.
