La huésped es una de las grandes apuestas de Netflix en el género del thriller psicológico y erótico, y lo hace con sello colombiano. La serie, compuesta por 20 episodios, se desarrolla en un terreno donde el deseo, la ambición y los secretos del pasado se entrelazan con la vida íntima y profesional de sus protagonistas. No es una historia ligera, sino una propuesta cargada de tensión, giros dramáticos y un constante juego de apariencias.
El relato sigue a una familia aparentemente estable, cuya vida se ve trastocada cuando aparece una figura del pasado: una mujer que regresa para instalarse en el presente de la protagonista. Esa llegada —la de “la huésped”— desencadena un torbellino emocional y psicológico que afecta tanto las relaciones personales como los planes de poder y de prestigio social.
La audiencia encontrará una narración que combina lo doméstico con lo político, ya que los protagonistas no solo lidian con dilemas sentimentales, sino también con intereses de alto nivel: aspiraciones profesionales, imagen pública y luchas por posiciones de poder. Esto genera una tensión doble: la de la intimidad que se resquebraja y la de la reputación que peligra.
A lo largo de los 20 episodios, el público se sumergirá en una trama que equilibra el suspenso lento con el drama explosivo. Los momentos de calma se van contaminando con insinuaciones, sospechas y revelaciones que mantienen al espectador en alerta. No es un thriller de acción, sino de miradas, silencios, frases cargadas de doble sentido y escenas en las que el deseo y el peligro se confunden.
En cuanto al tono, La huésped mezcla erotismo y suspenso. Las relaciones íntimas no están ahí solo como un recurso superficial, sino como el centro de la intriga: los deseos reprimidos, las traiciones y las pasiones ocultas se convierten en la base sobre la que se construye la tensión. El público puede esperar escenas cargadas de sensualidad que no son gratuitas, sino detonantes para la trama.
La serie también se apoya en un elenco fuerte. Con intérpretes como Carmen Villalobos y Laura Londoño, las actuaciones transmiten vulnerabilidad y fuerza a la vez. Los personajes no son planos: todos parecen moverse en una zona gris donde la moralidad es relativa y las decisiones tienen consecuencias profundas. Eso hace que, aunque se identifique al inicio quién es víctima o quién es culpable, las líneas se desdibujen con cada episodio.
Visualmente, La huésped apuesta por una puesta en escena elegante, con atmósferas frías y sofisticadas que refuerzan el carácter psicológico de la trama. Las casas, oficinas y escenarios transmiten un contraste entre el lujo y la fragilidad emocional que se esconde detrás de las fachadas perfectas.
Calificación: ⭐⭐⭐⭐
